La Mina Camina ha hecho este septiembre su caminata número 170, un hito que evidencia la vitalidad de esta iniciativa comunitaria que, el próximo año, celebrará su 20 aniversario. Desde 2006, demuestra que andar es mucho más que hacer ejercicio, porque además de promover la salud física y emocional, contribuye a la cohesión social.
Esta agrupación es un espacio de interacción personal en buena compañía. En la práctica física se combina la relación con el vecindario y con la cultura, en un ambiente de respeto y acogida que hace posible que todo el mundo se sienta bien. Para muchas personas, el grupo es también una forma de combatir la soledad y reforzar la autoestima, especialmente en casos de vulnerabilidad y exclusión social.
Pronto hará veinte años que la Asociación vecinal y un equipo del CAP La Mina, encabezado por el médico Albert Ramos, pusieron en marcha unas caminatas que, abiertas a todo el mundo, combinan salud, bienestar y convivencia, y que hoy son todo un referente de participación comunitaria. La iniciativa nació con una idea sencilla pero poderosa: más actividad física, más interacción social y menos medicación; precursores de la llamada “prescripción social”. El tiempo ha confirmado el acierto de la propuesta, que se ha convertido en un punto de encuentro estable para la comunidad de la Mina y del barrio Besòs. Actualmente, reúne a una media de 33 personas por salida, con perfiles diversos, mayoritariamente personas mayores y mujeres.
Los encuentros tienen lugar cada cuarto domingo de mes y recorren entre tres y seis kilómetros, en función del itinerario y la época del año. En invierno se buscan espacios abiertos y soleados, mientras que en verano se priorizan rutas con sombra. El punto de encuentro, a las ocho y media de la mañana, es la plaza Maria Àngels Rosell, frente al CAP La Mina, y desde allí el grupo inicia un paseo que siempre incluye un paro para descansar, desayunar e ir al lavabo. A lo largo de estos años, los caminos han llevado a los participantes por parques, ramblas y paseos urbanos, pero también por espacios emblemáticos del área metropolitana, como la Sagrada Família o el Castillo de Montjuïc.
Vamos al teatro con Apropa Cultura
Con el tiempo, la agrupación ha ampliado su actividad con visitas culturales y asistencia a espectáculos. Desde 2021 participa en el programa Apropa Cultura, que ofrece entradas a precios sociales y ha permitido al grupo acceder a teatros y auditorios como el Liceo, el TNC o el Palau de la Música. Sólo en 2024 se organizaron noventa y una actividades, entre caminatas y actividades culturales, y hasta julio de este año, ya se habían contabilizado 462 asistencias a espectáculos. En todas las salidas se va con la vestimenta logotipada, de esta manera los participantes hacen visible un mensaje claro: "En la Mina hay gente interesada en la cultural que sabe disfrutarla en buen compañerismo".
La organización y funcionamiento se basa en el voluntariado y el colectivo. La asamblea general, que se reúne ordinariamente una vez al año, es el órgano soberano de decisión y procura aprobar los acuerdos por consenso. La coordinación recae en una persona propuesta por la Asociación Vecinal de la Mina que debe ser ratificada por la asamblea, mientras que la comisión ejecutiva se encarga de la gestión cotidiana: desde la organización de las caminatas y las actividades culturales, hasta la contabilidad, el registro de participación o la difusión en las redes sociales.
Transparencia y banca ética
La gestión económica del grupo es transparente, todo está apuntado y registrado. Dispone de una cuenta en la banca ética en la que se ingresan todas las aportaciones. Cada uno dispone de una alcancía personal que se auto administra en base al número de reservas que hace y las necesidades de la agrupación, de esta manera se cubren los gastos generales y el coste de asistir a los espectáculos. Las entradas se consideran propiedad de la entidad: si alguien que tiene entrada no puede asistir, se pasa a la lista de espera y el dinero, que no se devuelve, va al fondo común. Cuando la demanda supera a la oferta, se aplican criterios objetivos —como la antigüedad o la participación—, aunque la comisión se reserva la posibilidad de realizar excepciones por motivos de salud o necesidades especiales.
Desde hace dos décadas, la Agrupación La Mina Camina contribuye a mejorar la salud, reforzar los vínculos y demostrar que caminar juntos es una manera poderosa de hacer comunidad en el barrio de la Mina y en todas partes.











